Son muchas las características que hacen de una cocina a gas un elemento imprescindible, sobre todo cuando se dispone de un buen equipo: su reactividad y potencia calorífica hacen del fuego la opción más valorada entre millones de cocineros.
Sin embargo, sus componentes requieren de una mayor limpieza que otros sistemas de cocción.
Por ello, se podría decir que uno de sus pocos handicaps radica en la limpieza. El simple hecho de cocinar genera salpicaduras, manchas y acumulación de grasa.
A continuación, os contamos algunos trucos para mantener tu cocina a gas en óptimas condiciones de limpieza y funcionamiento.
Seguridad antes de comenzar
Antes de empezar con los trucos de mantenimiento y limpieza es necesario concienciarse de la importancia de limpiar adecuadamente una cocina a gas.
Asegurarse de que hemos cortado el suministro de gas. Comprobar que las parrillas, bateas, cubetas recoge-grasas y quemadores han perdido su temperatura para poder manipularlos con facilidad y sin riesgos de quemaduras. Son gestos muy sencillos que consiguen evitar riesgos, pero que en ocasiones se pasan por alto.
Recupera el estado de tu cocina a gas
Dependiendo del tipo y modelo de la cocina de la que dispongamos será más fácil o complicado desmontar los elementos.
Generalmente, las cocinas profesionales de gas son más fáciles de limpiar. Su diseño, permite limpiar elementos como parrillas, bateas y quemadores de forma independiente. Además, conociendo los problemas con aceites y grasas, los quemadores disponen de elementos como cubetas recoge-grasas de manera independiente en cada quemador. Todo esto, son mecanismos que, sin duda, facilitan enormemente las labores de limpieza y desinfección.
Por ello, el principal objetivo ante la necesidad de limpiar la cocina será dedicar tiempo para retirar piezas, así como los residuos recogidos. Una vez que se hayan retirado los diferentes elementos que conforman la cocina de gas, es momento de dedicarse a ellos.
Limpieza en profundidad
Una buena cocina de gas suele estar fabricada de acero inoxidable de calidad, material que favorece la limpieza de cualquier zona.
Para ello, el uso de desengrasantes puede ser el mejor remedio. Son, sin duda, una gran solución para quitar todo tipo de salpicaduras y manchas, no solo de superficies de acero inoxidable; sino también para otras superficies como encimeras y electrodomésticos. También muy recomendable el uso de bactericidas y, por supuesto, un buen aclarado final.
Sin embargo, la efectividad de éstos no viene determinada por una marca en particular, sino por la concentración de tensioactivos que el desengrasante contenga. Habrá que asegurarse de adquirir un buen desengrasante de uso alimentario.
Las manchas y la suciedad representan un foco de microorganismos que pueden contaminar cualquier alimento, motivo que se convierte en un riesgo de salud, tanto para el personal de cocina como cualquier comensal. Por ello, aunque los remedios caseros en ocasiones puedan mostrar aparentes resultados, no son completamente seguros en cuanto a inocuidad de zonas de alimentación.
Apóyate de bayetas, trapos y papel secante que faciliten la tarea.
Los materiales de limpieza que se pueden encontrar en una cocina son muy amplios. Sin embargo, para limpiar superficies de acero inoxidable como la de una cocina de gas, no hace falta más que una bayeta y un buen desengrasante. Aunque esto es algo que puede variar en función de la cantidad y estado de la suciedad.
Utiliza paños y estropajos que no sean muy duros y no dañen la superficie. Siempre con agua tibia y no olvides secar a conciencia el conjunto de la superficie.
Con respecto a las parrillas y quemadores e incluso las cubetas que se emplean para recoger grasas, es posible ayudarse del lavavajillas o lavaperolas para obtener un buen resultado. Aunque si su estado presenta cierta suciedad, no será suficiente.
Te damos la clave para la limpieza de tu cocina de gas
Al igual que la limpieza, el mantenimiento de los equipos de cocina es un factor imprescindible para conseguir disfrutar tanto de su rendimiento como una larga vida útil, y esto es algo que solo se puede conseguir con constancia.
Por ello, si se establecen unos protocolos diarios de limpieza, es fácil que, con los consejos indicados, se pueda mantener como nueva una cocina de gas. Se evita la acumulación de manchas y marcas que con el tiempo se hacen completamente imposibles de quitar.
